Santillana del Mar es un destino de verano. Uno de esos lugares donde las familias pasean sin prisas, las parejas pueden encontrarse en un entorno agradable y uno puede curiosear tiendas de artesanías saltando de bar en bar.
Ya de por sí suena bastante bien, nos da mucho con lo que empezar. Se trata de un pueblo de tamaño razonable en Cantabria, no se encuentra lejos para una escapada desde Santander, Bilbao u Oviedo.
Santillana del Mar, cuenta con un casco bien cuidado donde el empedrado de las calles y el mimo que se ha invertido en sus fachadas crea un ambiente de embrujo. Mar, lo que se dice mar, no tiene. Pero tiene otras cosas.
Para empezar, está a un paso y medio del museo de las Cuevas de Altamira, o la neo-cueva. En estos parajes nos encontramos con uno los hallazgos más románticos, y de profunda repercusión de nuestra Historia. Historia, así en mayúsculas. Porque es un referente a nivel mundial de arte paleolítico.
Si eres amante de los pintxos, Cantabria es una buena tierra para ti. Ya que la variedad y calidad de los que encontrarás por aquí te van a asegurar un buen rato de picoteo. Siempre tras andar conviene tomar algo, y así palpar el ambiente de los destinos.
Santillana del Mar es sin duda un destino principalmente buscado por el turismo nacional, con un marcado toque familiar. Al estar cerca de la playa y de país Vasco es un lugar adecuado para una excursión de un día, ya que junto con la visita a Altamira o la colegiata románica de Santillana del Mar hace un día de buen turismo.
Es un lugar tranquilo, sin excesivas aglomeraciones, y enfocado al visitante del día. Como cabe esperar hay diferentes propuestas, desde bares de pintxos a un parador, asadores y restaurante para todo gusto y bolsillo. Un lugar donde poder relajarse en un agradable día de descanso.