Qué ver en la Ribera Baja del Ebro (Zaragoza)

El río Ebro es el más caudaloso de España, dio en su origen el nombre a la misma península y recorre desde la cornisa cantábrica hasta el Mediterráneo. En este largo periplo pasa por multitud de paisajes que val moldeando con el frescor de sus aguas y la fuerza de su corriente.

Dentro de la misma comarca nos encontramos con dos lugares monumentales y arqueológicos claves para saber acerca de la edad media aragonesa y la ocupación romana. Se trata de Lépida Celsa en Velilla de Ebro y del Monasterio de Rueda en Sástago.

A esto se une la reciente incorporación del museo de las momias en Quinto. Así como el centro de interpretación de la cultura íbera en la cerca Azaila, y todo lo que podemos encontrar en Caspe.

En esta parte de Aragón se ve claramente la influencia del río, donde este lame sus orillas se crea un fértil terreno de huertas que alimentaban y alimentan las ciudades. Cuando la orilla va perdiendo el contacto con la tierra esta se vuelve mucho más árida, parte estepa, parte olivar.

De esta zona (junto con la comarca del Bajo Martín) se extrae el material que ha dado cuerpo a algunos de los bienes artísticos más queridos de Aragón. Hablamos del alabastro, esa piedra que con su clara delicadeza constituye el retablo de la Basílica del Pilar en Zaragoza. Inspiración de artistas de todo el mundo porque de aquí se extrae una gran parte de la producción mundial.

Monasterio de Rueda (Sástago)

Este monasterio fue fundado hace más de 800 por unos monjes empeñados en reformar la vida en común. Para entonces muchos monasterios de Europa se habían hecho tan ricos y tenían tanto poder terrenal que había torcido su camino espiritual. Ya estos monjes no se guiaban por la búsqueda del espíritu si no que tenían toda su vista puesta en los asuntos de los hombres.

Hubo un grupo de monjes que se rebeló contra esta corrupción y predicaron volver a la mayor de las austeridades, a centrarse en el espíritu y la búsqueda de dios. Estos monjes dieron forma a la reforma cisterciense. Que se extendería por toda Europa y que en Zaragoza cuenta con otros dos monasterios, Veruela y el monasterio de Piedra.

Siglos de vida monacal vieron estos muros. La iglesia, hoy desnuda, sobrecoge por la sencillez de su trazado. Lo que curiosamente le da una fuerza y luminosidad que toca el corazón. Dentro de la iglesia del Monasterio de Rueda es curioso fijarnos en las ventanas que dejan entrar la luz al recinto, que todas y cada una son diferentes. realizadas con yeso y alabastro son una joya del patrimonio aragonés.

El monasterio fue exclaustrado, es decir dejado sin monjes que lo habitaran, en 1835. Desde entonces su ruina había ido en aumento, pues se convirtió en un lugar de actividad agraria y otros tantos usos. Lo que hizo que la iglesia y el claustro fueran sufriendo el paso del tiempo.

Fue objeto de una enorme restauración, que le hizo merecedora de un premio europeo. Gracias a ello podemos ver uno de los monasterios cistercienses mejor mantenidos y que más fielmente guardan las directrices arquitectónicas e ideológicas de esta orden.

Excepción a esto es la torre que rompe la horizontalidad del conjunto. Esto estaba explícitamente prohibido en este tipo de monasterios, por considerarse como una muestra de orgullo. Pero hasta en la propia orden del Císter las costumbres terminaron por relajarse y se permitieron este lujo. Una bella torre de estilo mudéjar que vemos a kilómetros a la redonda.

Desde la población que tenemos justo enfrente, al cruzar el Ebro, podemos ver esta torre inmersa en el paisaje. En Escatrón, desde el mirador del Tozal contamos con unas bellísimas vistas del monasterio, las huertas que lo rodean y alguna vez fueron suyas, su rueda, el azud del Ebro y los meandros del mismo.

El monasterio es visitable, se puede hacer de dos formas. De viernes a domingos ( y festivos) hay unos guías profesionales de turismo de Aragón que nos van a mostrar cómo era la vida en un monasterio medieval. El resto de días existe la posibilidad de visitarlo por nuestra cuenta con la ayuda de una audioguía.

Además del monasterio en sí, es de enorme interés el patrimonio hidráulico. En este lugar el manejo del agua es un verdadero bien cultural. Las huertas, las crecidas del Ebro, que era navegable hasta más allá de Zaragoza en la antigüedad. Eso se traduce en el sistema de recolección y conducción de agua que tenían los monjes de hace siglos. Esa enorme rueda del norial que acabó dando nombre al monasterio y con sus 16 metros de diámetro sorprende ver de cerca recogía agua del río para las huertas y los usos del monasterio.

Además del monasterio en sí, el conjunto se completa con una hospedería. Que pertenece a la red de hospederías de Aragón, lo cual certifica su calidad. En ella nos vamos a encontrar alojamiento de cuatro estrellas en un entorno como el monasterio de Rueda y una propuesta gastronómica de ingredientes de la tierra y km0 para que nos llevemos también el gusto en el paladar.

Yacimiento arqueológico de Celsa (Velilla de Ebro)

En esta zona vemos a las claras la insolación del terreno y ese paisaje estepario que tan rápido solemos asociar con Zaragoza. Aquí el terreno que se riega es valioso, pues produce bien. Hasta el urbanismo se prepara de tal forma que no se pierde terreno.

Y aquí en esta población nos vamos a encontrar pegado un yacimiento de época romana. Sobre la anterior ciudad de los sedetanos Kelse, se instaló esta que vino a llamarse Colonia Victrix Julio Lepida Celsa. Un poblamiento importante y de gran crecimiento, que perdió importancia respecto al que se convertiría en Zaragoza.

De enorme extensión, se calculan unas 44 hectareas, nos han llegado una trama urbana con ínsulas, mosaicos, un muelle y necrópolis.

En el mes de junio se suele llevar a cabo una representación histórica en la que participan entidades de la localidad, en estas «nonas de junio» toda Velilla vuelve a representar su pasado y se presentan como los últimos romanos, sus antepasados.

Estando en Velilla es de interés subir al mirador de la Ermita de San Nicolás, donde se encuentra la famosa campana de Velilla, legendaria en Aragón. La iglesia de la Asunción es bella de ver en el centro del pueblo con su torre mudéjar.

Tampoco te puedes perder la ruedas dobles y el molino de Velilla, una verdadera joya del patrimonio relacionado con el uso y el cuidado del agua. Tan necesario en todos sitios pero imprescindible en Aragón.

Seguir descubriendo Aragón